La Crisis de la Gobernanza Democrática: Una Crítica al Progresismo

Fareed Zakaria, conocido por su análisis político profundo y crítico de la política global en medios como Revista Time, Newsweek y CNN, ha escrito una columna sobre la crisis del progresismo a nivel global. En un análisis reciente, ha presentado una visión provocadora sobre la crisis actual de la gobernanza democrática, sugiriendo que en el fondo, estamos lidiando con una crisis de la gobernanza progresista. Según Zakaria, existe un sentimiento extendido entre la población de haber sido sobrecargados con impuestos, regulaciones y una sensación de haber sido manejados por políticos de tendencias izquierdistas durante décadas, sin que esto haya traído los resultados esperados.

El Argumento de Zakaria:

Zakaria señala que la percepción pública es que los gobiernos progresistas han prometido mucho pero han entregado poco en términos de mejoras tangibles en la calidad de vida. Este descontento no solo se refleja en la insatisfacción con los impuestos y regulaciones sino también en la efectividad de las políticas públicas en áreas como la educación, la salud y la seguridad.

Ejemplos de la Realidad:

• Educación: En lugares como Nueva York, donde la inversión en educación es alta, los resultados académicos no siempre reflejan esa inversión. Los costos de educación superior han subido drásticamente, y sin embargo, la movilidad social a través de la educación parece estancada. En contraste, estados como Florida han adoptado reformas educativas que, según algunos análisis, han mejorado la competitividad de sus instituciones.
• Impuestos y Regulaciones: California, un estado conocido por su tendencia progresista, tiene algunos de los impuestos más altos del país. Sin embargo, problemas como la falta de vivienda, la congestión del tráfico y la calidad del aire persisten. La narrativa de Zakaria es que estos altos impuestos y la regulación intensiva no han solucionado estos problemas de manera efectiva.
• Seguridad y Justicia: En ciudades como San Francisco y Seattle, donde políticas de justicia restaurativa y reducción de penas se han implementado, hay un debate sobre si estas han contribuido a un aumento en la percepción de inseguridad y crimen. Esto contrasta con ciudades o estados donde políticas más conservadoras en materia de justicia han mantenido o incluso disminuido las tasas de criminalidad.
• Salud: Aunque los estados con políticas progresistas han expandido el acceso a la salud, hay críticas sobre la eficiencia del sistema. Los costos de atención médica siguen siendo altos y la burocracia que acompaña a muchos programas de salud pública puede ser abrumadora para los usuarios.

Zakaria no aboga por el abandono de los valores progresistas, sino por una reflexión crítica sobre la implementación de estas políticas. Su argumento es que la crisis de la gobernanza democrática no es necesariamente un rechazo al progresismo mismo, sino a cómo se ha llevado a cabo. La clave estaría en encontrar un balance donde las políticas progresistas puedan realmente mejorar la vida de los ciudadanos sin caer en el exceso de regulación y gasto que no se traduzca en resultados positivos.

La crítica de Zakaria nos invita a un debate más profundo sobre la eficacia de las políticas públicas. Es crucial evaluar no solo la intención detrás de las políticas progresistas sino también su ejecución y resultados. Este análisis podría conducir a un acercamiento más pragmático hacia la gobernanza, donde la ideología se encuentre con la realidad y la eficacia se convierta en el principal medidor de éxito.